¿Qué herramientas ofreces en tu programa de mentoring? Si estás pensando en poner en marcha un programa de mentoring en tu empresa, Fundación o Universidad, no olvides formar a tus mentores (voluntarios) y proporcionarles las herramientas para conseguir los máximos resultados.
Herramientas necesarias para un programa de mentoring hay muchas. Cada mentor profesional tiene las suyas pero si pones en marcha un programa de mentoring en tu entidad, todos deben tener una misma base.
Los mentores voluntarios pueden ser muy buenos en sus trabajos pero debes asegurar que todos tengan una misma base, entiendan el objetivo del programa y sepan qué es el mentoring. Además, estas herramientas no sólo les servirán para el programa, las usarán en cualquier momento de la vida.
Si priorizamos herramientas para los mentores, nos centraremos en 4 ámbitos:
La primera herramienta que os proponemos es practicar las preguntas que llevan a la acción. Preguntas que hagan pensar a la persona mentorizada y le hagan concretar tareas a realizar.
Estas preguntas que activan se consiguen con preguntas abiertas, preguntas que no tienen como única respuesta Sí/No: ¿Para qué…?, ¿Y si lo hicieras…?, ¿Para cuándo…?, ¿Quién puede ayudarte..?, ¿Cómo lo harías..?, ¿Cuánto…? ¿Dónde..?, ¿Qué necesitas…?
Pongamos un ejemplo:
La siguiente herramienta clave en un programa de mentoring es saber escuchar.
La idea no es que el mentor hable todo el rato, lo importante es escuchar a la otra persona e identificar su verdadero PARA QUÉ, aquellas palabras que repite constantemente o lo que está sucediendo para que no pase a la acción.
Una escucha activa se caracteriza por:
Mediante esta la escucha, seremos capaces de identificar creencias limitantes que no le permiten tirar adelante. Creencias que habrá que desmontar con ejemplos concretos. Creencias del tipo «Nunca he liderado un equipo y no creo que sea capaz», «Por lo que hago, creo que cobro demasiado, debería bajarlo», «Es imposible que me den el préstamo con mi idea», «La tecnología y yo no nos llevamos bien, nunca podré hacerlo», «Los comerciales venden mentiras y yo no quiero vender así»,…
Nuestra tercera herramienta en el programa de mentoring es para concretar el objetivo de la persona mentorizada. Su PARA QUÉ.
Un objetivo debe ser concreto, medible y alcanzable. Que responda qué quiero conseguir, cómo lo quiero conseguir (sin morir en el intento), cuándo y en cuánto tiempo.
Porque con un objetivo claro, es más sencillo concretar tareas, identificar qué habilidades nos faltan y qué implicaciones tendrá conseguirlo.
El modelo GROW (Goal – Reality – Options – Will) nos ayuda a hacer las preguntas exactas para concretar el objetivo. Agradecer a Yolanda García en Pinterest por compartir la siguiente imagen, las claves del modelo GROW.
Para acabar con las herramientas necesarias en un programa de mentoring, no podemos olvidarnos del plan de acción. Esa guía para llegar al objetivo.
Recordemos que los programas de mentoring se ponen en marcha para conseguir objetivos de la institución y de las personas mentorizadas. Y es por eso que debemos asegurar, como mentores, que se está consiguiendo.
Planes de acción hay de muchos tipos pero os propongo uno sencillo, en una hoja o herramienta online, en el que identificar:
Es posible que ya utilices otras o hayas pensado en herramientas diferentes pero siempre piensa cómo ayudarás a tus mentores, muchas veces voluntarios y no profesionales del mentoring, a dar forma a los procesos de mentoring.
Enséñales a hacer preguntas poderosas que lleven a la acción, que hagan pensar. Practica situaciones y cómo responderían. Que no actúen como solucionadores, o todo poderosos que lo saben todo. Que hagan visibles las opciones que hay para que el mentorizado pueda escoger la que a él o ella le gusta más y está alineada con él/ella. Y recuérdales que en ciertos momentos, puedan dar su punto de vista desde la experiencia personal. El valor añadido del mentoring.
Barcelona Mentoring es un grupo de mentores y mentoras profesionales que ponen en marcha programas de mentoring, ayudan a las instituciones a darles forma y a formar a profesionales en la metodología del mentoring.
Si estás pensando en poner en marcha un programa de mentoring, podemos ayudarte.
Imagen de Nappy de Pexels
El Mentoring puede acompañarte a transformar tu propósito en objetivos concretos. Tu Propósito de vida es algo que debes definir y conocer y tener presente a la hora de tomar tus decisiones y marcarte tus objetivos. Antes de empezar te invito a la reflexión: ¿Conoces cuál es tu propósito de vida?, ¿Tus objetivos van relacionados con él?, ¿Tu día a día te acerca o te aleja de tu propósito?… La figura de un mentor puede serte de utilidad para responder a estas preguntas, conocer realmente que es lo importante para ti y transformarte a ti mismo/a tomando las decisiones de forma consciente y planificada.
El Mentoring te ayudará a hacer de el Propósito algo tangible transformándolo en acciones, desafiándote a ti mismo y te invitará a que elabores un plan de acción para que deje de ser algo filosófico en algo que guíe todas tus decisiones personales y profesionales.
Cada día tomas infinitas decisiones y acciones que condicionan tu camino. ¿Cuántas de ellas las haces de un modo consciente?. A veces las cosas no ocurren de la forma que hemos planeado, ¿qué haces en esos casos?, ¿Te rindes?, ¿O luchas por lo que quieres?… Persiste hacia tu propósito cueste lo que cueste y dirige tus acciones para que te acerquen a tus objetivos. ¡No te rindas! Es tu camino y nadie lo caminará por ti.
Un Mentor puede ser clave para que te acompañe a descubrir tu propósito, conectar con tus puntos fuertes, ver si estás alineado hoy con ese propósito e impulsarte para salir de la zona de confort. El Mentoring puede ayudarte a transformar tu propósito en objetivos. Acompañarte a mirar hacia tu interior, proponerte objetivos, orientarte a la acción, superar tus miedos y averiguar qué creencias te lo impiden. ¿Estás preparado/a para iniciar este camino hacia tu interior?
¿Has oído hablar de IKIGAI?
Ikigai (生き甲斐) es un concepto japonés que significa «el sentido de la vida», «la razón de vivir o de ser».
HÉCTOR GARCÍA (KIRAI) Y FRANCESC MIRALLES. (2017). EL MÉTODO IKIGAI
Despierta tu verdadera pasión y cumple tus propósitos vitales. Ed. Aguilar.
Todo el mundo, de acuerdo con la cultura japonesa tiene un Ikigai.¿Sabes cuál es?, ¿Alguna vez has reflexionado sobre el sentido a tú vida?, ¿Para qué?, ¿Cuál es tu misión en la vida?… Son preguntas profundas que requieren tiempo y reflexión. Es un camino individual de búsqueda interior y de autoconocimiento que más allá de lo superficial… Te invito a que te preguntes, ¿Qué te motiva?, ¿Qué es lo que te mueve y qué te hace vibrar de un modo especial?, ¿Qué huella quieres dejar y cómo quieres que te recuerden?…
El propósito no ha de ser algo alejado de tu día a día ni mera teoría. El propósito como hoja de ruta de forma consciente te hará coger el mando y la dirección a la hora de tomar tus decisiones y definir tus objetivos. A la hora de definir tus próximos pasos piensa si te acercan o te alejan de tu propósito y actúa en consecuencia.
Un mentor puede ser clave para que puedas tomar conciencia de cuál es tu propósito y de cómo transformarlo y aterrizarlo en acciones concretas, objetivos que te acerquen día a día a vivir alineado/a con lo que es importante para ti. Es vital tomar consciencia de ello para poder poner realmente el foco en lo que es fundamental para ti y que puedas extender esa misión a las diferentes facetas de tu vida, ser congruente e impregnar cada día de ese propósito.
Transforma tu propósito en objetivos a través de un Mentor que te acompañará y te ayudará a hacerte las preguntas adecuadas, a parar, a tomarte un tiempo y a centrarte en tu búsqueda interior para encontrar tu propósito.
Las preguntas ayudan a enfocar la conversación, a poner la atención y el foco en el mentee. Espacios dónde hay que parar, frenar el ruido interior, dejar las prisas, las obligaciones del día a día y dedicar tiempo a pensar y reflexionar en uno mismo.
Un espacio para que puedas olvidarte de las presiones, de los quehaceres, de las obligaciones, de las opiniones de los demás y que puedas realmente ver dentro de ti lo qué es fundamental y qué te dota de sentido. Conocer quién eres más allá de las etiquetas, conocer qué te motiva y te hace realmente vibrar y poner en el centro tus valores.
El siguiente paso será visualizar si estás alineado con ese propósito y si en tu día a día tienes espacio y le dedicas tiempo o si te has dejado llevar por otros caminos qué te alejan de ello. Una vez conozcas toda esa información será el momento de asumir responsabilidades, pasar a la acción y transformar ese propósito en objetivos. Coge las riendas: ¿Estás dispuesto a cambiar?, ¿Hay algo que tengas que dejar atrás?, ¿Hay algo que tengas que incorporar?…
El mero hecho de ser conocedores de cuál es el propósito individual ha de impulsarnos a asumir responsabilidades, ver cuánto de alineados estamos actualmente con ese propósito y a transformar ese propósito en acciones y objetivos concretos. Aterrizarlo y bajarlo a la realidad para que podamos tomar las riendas y tomar decisiones conscientes. ¿Estás preparado/a?
¿Conoces cuáles son tus habilidades?, ¿De qué forma se vinculan tus habilidades con tu propósito?, ¿En qué medida con dicho propósito y mis habilidades puedo ayudar a otros/as?…
Un mentor te puede ayudar a que puedas priorizar y definir objetivos a corto, medio y largo plazo. ¿Estás dispuesto/a a comprometerte a poner el foco en tu propósito?, ¿Qué acciones vas a poner en práctica?, ¿Cuándo vas a empezar?, ¿Qué cosas vas a dejar atrás?, ¿Estás dispuesto/a cambiar?…
Es momento de aterrizar, definir y concretar de forma específica (qué, cómo, cuándo), ver qué pasará si lo consigo y/ o no lo consigo y definir un plan de acción para detallar paso por paso cómo voy a alcanzar lo que quiero.
El propósito puede convertirse en un hecho si lo trasladas en objetivos y acciones que lo transformen de una idea a una realidad. Sin acciones todo quedará en meras teorías que no tendrán conexión en tu día a día. Por lo tanto: ¿Estás dispuesto a trabajar para alinearte con tu propósito?, ¿Estás listo/a para transformarte?…
El momento perfecto es ahora. Deja de buscar excusas. Si lo piensas bien: Siempre tendrás obligaciones, tareas que te distraerán de tu propósito pero ahora es el momento perfecto para que dediques tiempo para ti. Así que, define qué es lo qué quieres, cuándo quieres conseguirlo, qué recursos tienes y ponte en acción hoy.
No olvides revisar de forma frecuente ese plan ya que como sabes, todo cambia e incluso tú mismo puedes cambiar. Tú puedes dirigir tu atención a aquello que sea para ti prioritario y volver a coger el timón haya marejada o mar en calma para poner en el centro de nuevo tu propósito, reorganizar el plan y marcarte nuevos objetivos. ¡Adelante!, ¡No te detengas!, ¡Todo es empezar!
¿Quieres que te acompañemos?
¿Sabes cuál es tu propósito?, ¿Estás alineado/a con él?
¿Tus objetivos te acercan o te alejan de tu propósito?
¿Te animas a iniciar un proceso de Mentoring?
Foto de cabecera RODNAE Productions en Pexels
Vivimos momentos intensos. Algunos gurús anuncian este 2021 como un año trepidante, de cambios rápidos y hechos inesperados. Como si la inercia de 2020 se hubiera acelerado para sorprendernos, para ponernos a prueba. Un poquito más.
Desconozco si estas previsiones llegarán a cumplirse. Lo veremos en breve. Sin embargo, tengo claro que una actitud de resistencia a los cambios sólo puede agravar nuestra situación.
Necesitamos saber adaptarnos, aprender a gestionarnos en la incertidumbre, con normalidad, sin miedo. Disponer de recursos propios para mantenernos en nuestro centro, y buscar la confianza allí donde está. Tener claro que el auténtico poder reside en nuestro interior.
Para comprender mejor por qué nos resistimos tanto a los cambios, quiero compartir contigo algunas posibles razones.
Comprender el porqué nos puede ayudar a ampliar nuestra visión, y abrir caminos para convivir con la incertidumbre.
Tal vez ésta sea una de las razones más poderosa que alimenta la resistencia a los cambios en los humanos.
Nos tranquiliza sentir que lo tenemos todo bajo control, aunque en realidad no es así. Nuestra zona de confort es el lugar donde nos encontramos cómodos y cómodas, sin sensación de peligro, en un lugar que conocemos y en el que lo que ocurre es, supuestamente, previsible. Sin embargo en este lugar, no crecemos, no aprendemos, precisamente porque nunca pasa nada nuevo.
El cambio conlleva novedad y, en consecuencia, aprendizaje. Y posibilidad de éxito o de fracaso. Entre comillas.
Porque hablamos de un éxito o fracaso percibidos. Que no quiere decir que sean reales. Así, pues, el temor a no hacerlo bien, a no ser suficientemente competentes puede anular o bloquear la acción. Y la parálisis nos deja indefensos e indefensas, con la sensación de que no está en nuestras manos el decidir por nuestras vidas. En la mayoría de las ocasiones, la decisión última de lo que quieres hacer con tu vida es tuya, y nadie te la puede arrebatar.
El cansancio merma nuestra energía vital. Cuando afrontamos cambios, necesitamos nutrirnos de un gran coraje, de una gran fuerza, y una gran confianza en nosotros, en nosotras, y en nuestros recursos.
Por eso, el cansancio no es buen compañero cuando nuestro entorno nos exige aceptación, adaptación y resiliencia. Para lidiar con situaciones nuevas, la concentración, la atención y el poder estar muy despiertos y despiertas nos provee de una rápida reacción. El cansancio nos provoca lentitud y dispersión. Nos descarga.
El cambio es necesario para evolucionar, pero lo mejor de todo es que es inevitable. Y es positivo.
Nos ayuda a ir hacia adelante porque nos provee de aprendizaje. Cuando comprendemos y valoramos el aspecto positivo del cambio, modificamos nuestra actitud hacia él. Al variar la mirada, nos centramos en sus beneficios y lo integramos en nuestras vidas. Resistencia o resiliencia, desgaste o empoderamiento, tú eliges.
El apego va ligado al miedo. Apego a los hábitos por miedo a cambiarlos por algo nuevo y desconocido.
Las rutinas ofrecen una falsa sensación de seguridad, hacen que lo que ocurre sea siempre lo mismo, entregan previsibilidad. Y aburrimiento. Pero muchas veces es más fuerte el miedo a perder que la motivación por ganar.
Y así podemos estar aguantando situaciones que sabemos que nos perjudican sólo por miedo a lo desconocido, a lo nuevo. Nos ponemos en una actitud de resistencia a los cambios.
La sensación de privación de libertad para tomar nuestras propias decisiones y de que nos intentan imponer un cambio, puede ser un magnífico acicate para, precisamente, no hacerlo.
La rebeldía contra una situación que no hemos elegido por propia voluntad, bien por imposición del entorno, del gobierno o de otras personas, nos provoca el efecto adverso: inmovilismo. Nos parapetamos en nuestra posición de no movernos y ahí nos quedamos. Sin muchas veces analizar que tal vez el beneficio del cambio es mayor que el hecho de no dar nuestro brazo a torcer.
Cuando no hay una razón clara para cambiar, las personas tendemos a permanecer en el mismo lugar. ¿Para qué vamos a cambiar si ya estamos bien, o más o menos bien?
No queremos dedicar la energía de cambiar algo con riesgo de que pueda ser a peor. En otras ocasiones nos decimos que no es el momento adecuado. En el fondo, sabemos que para cambiar hace falta un determinada energía y, si no la sentimos disponible, nos quedamos quietos.
Hay personas más predispuestas que otras a acometer cambios. Por su naturaleza, por su personalidad. Hay personas con un perfil más aventurero, de exploración, que se aburren con la rutina y para quienes, los cambios son una oportunidad de aprender algo nuevo.
Pero más allá de esta predisposición natural, la vida es continuo cambio. Entrenarse en el cambio nos empodera.
Un mentor o mentora puede ayudarte a tomar consciencia de que el cambio es necesario y positivo, de que es fuente de aprendizaje. El cambio, si lo abordas con alegría y expectación, puede ser una sugerente experiencia de crecimiento, en lugar de una nefasta experiencia de sufrimiento.
Te invito a seguir la página de Barcelona Mentoring en Linkedin.
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Dado el gran interés que surgió con el webinar «Qué es y Qué no es Mentoring» realizado el 14 de diciembre 2020 por Patricia Villano y Sandra Huerto os quiero compartir este post con las ideas clave que no debes olvidar y la grabación del webinar.
Qué es y Qué no es Mentoring es una introducción a las bases del mentoring y cómo podemos utilizar esta herramienta a nivel personal y profesional. Además también os informamos acerca la próxima formación del curso MENTORING BASIC que realizaremos en enero con el equipo de Barcelona Mentoring.
Definiciones de mentoring hay muchas. Y una que nos gusta mucho es:
«El mentoring es un proceso conversacional por el cual una persona, en el rol de mentora, ayuda a otra, en el rol de mentee, a tomar consciencia de sus capacidades y a aprender los mecanismos por los cuales puede transformar (por sí misma) su potencial en talento.»
Por tanto, el mentoring es:
Así que el mentor/a motiva, define metas con el mentee, construye una relación de confianza, facilita el aprendizaje y provee de alternativas, recursos, espacios de reflexión. Escucha de forma activa, realiza preguntas poderosas, hace visibles patrones de comportamiento, ofrece sus conocimientos cuando son necesarios y reta para pasar a la acción.
Esta es una de las preguntas más comunes cuando hablas de mentoring y que intentaré responder con este esquema.
Ya sabemos qué es el mentoring, qué hace un mentor y ahora vamos a responder cómo se aplica el mentoring para conseguir los objetivos del mentee.
El mentoring es una metodología con una estructura bien definida. Un proceso que permite hacer visible el propósito, el Para Qué y cómo conseguirlo. Y este proceso consta de fases bien definidas que fomentan el crecimiento y la acción.
El Mentoring puede aplicarse en cualquier ámbito, ya sea profesional o personal. Pero como profesionales os doy algunas ideas:
“El delicado equilibrio de ser mentor de alguien no es crearlos a tu propia imagen, sino darles la oportunidad de crearse a sí mismos”.
Steven Spielberg
Os dejo el video webinar «Qué es y Qué no es mentoring» y os invito a convertiros en mentores de vuestros clientes, de vuestros compañeros, de vuestras familias o de vosotros mismos con el curso Mentoring Basic.
Créditos imagen principal: Aleksandrdavydovphotos en Canva
La empatía es clave en el proceso de mentoring para emprendedores. Emprender, entender y guiar en el proceso de crecimiento de las personas es uno de los roles del mentor. El mentor empatiza con el mentee y viceversa, así como con aquellos con los que se relaciona. Para los emprendedores no se iba a obviar este proceso de empatía y, es que el emprendedor, debe realizar un ejercicio doble. Por un lado, debe empatizar con él o ella misma, con su esencia y su propósito en su proceso de mentoring personal. Por otro lado, el ejercicio personal de empatizar con uno mismo, es decir, comprenderse y escucharse sin juzgarse, permite poder realizarlo con las personas que forman parte de la idea de negocio que pretende desarrollar. Estas personas pueden ser las que forman parte del equipo emprendedor, usuarios/clientes potenciales, colaboradores, proveedores, ….
La persona emprendedora debe sentir en primera persona lo que sienten los usuarios potenciales de su idea de negocio. Ello le ayudará a comprenderlos y diseñar una propuesta de valor acertada y acorde a lo que necesitan con el fin de satisfacer sus demandas.
El proceso de empatía es un proceso clave en el mentoring para emprendedores que debe tener en cuenta muchos elementos sobre el estado del usuario/cliente y su relación con el entorno. Por ello, se trata de un proceso que requiere concentración y precisión en captar todos los detalles del interlocutor. ¿Cómo lo podemos hacer? ¿Hay una guía sobre el proceso? ¿Alguna herramienta que facilite la recogida de información mientras se empatiza?
El mapa de la empatía es un lienzo que resume las alegrías y miedos de un cliente en torno al producto o servicio que desea adquirir. Se trata de entender cómo se siente en cada uno de los pasos previos a la compra, durante la adquisición del producto o servicio, durante su uso y en la etapa posterior donde ya ha finalizado su uso.
Para realizar el mapa de empatía debes entablar una conversación que te ayude a validar la información de 6 aspectos que, trasladados en el mapa (encontrarás plantillas en la red), llamamos los 6 bloques del mapa de empatía. La validación se realizará mediante la escucha activa (otra característica del proceso de mentoring) de los sentimientos del cliente potencial.
Lo primero que debes realizar, antes de describir los 6 bloques, es dibujar en el centro del lienzo, a tu usuario y/o cliente describiendo con datos demográficos, geográficos y de estilo de vida el perfil al que deseas atender con tu idea de negocio. Esta descripción nos servirá para buscar una persona real que reúna las características descritas para validar el mapa de empatía que has supuesto sobre el lienzo. El lienzo recoge las respuestas a las preguntas que se plantean en el mapa de empatía. Pero en este caso no debemos preguntar directamente sino escuchar y narrar en algún momento del proceso una experiencia propia acerca de la situación que se desea tratar, como si tu fueras un mentor en el proceso de mentoring para emprendedores. Pero ¿cuáles son estas preguntas?, las preguntas están relacionadas con los sentidos de tu cliente y se resumen a continuación:
Debes ver a través de los ojos de tu cliente. ¿Qué ve a su alrededor? ¿ Cómo se mueve la gente? ¿Qué ves en los medios de comunicación/anuncios, vallas publicitarias, …? ¿ Qué vé en sus familiares, relaciones, ambiente de trabajo,….? ¿ Qué mira? ¿ Qué lee? ¿ Qué vé que otros hacen?
Activa tu oído como si fuera el de tu cliente e intenta recoger lo que escucha. ¿Qué oye a su alrededor: familia, amigos, trabajo, medios de comunicación, gente influyente,….ve a su alrededor? ¿Cómo se comunica su entorno?
Fíjate bien en lo que dice tu cliente: ¿Cuáles son sus palabras? ¿Cuál es su actitud? ¿Qué comportamiento tiene? ¿ Qué dice qué dicen otras personas de su entorno cercano, de los medios, ….? ¿Qué dice que le importa? ¿Con quién habla? ¿Qué hace en su día a día? ¿Qué movimientos realiza? ¿ Lo que dice y hace va en la misma línea o hay diferencias, se contradice,…?
Ahora debes ahondar en los sentimientos de tu cliente potencial. ¿Qué le importa? ¿Lo dice o no lo dice? ¿Cuáles son sus necesidades? ¿ Qué le preocupa? ¿Qué tiene sentido ? ¿ Qué le mueve?
La información que has recogido en cada uno de los bloques de preguntas sobre lo que ve, oye, dice y siente tu cliente potencial tiene que ayudarte a resumir sus alegrías y miedos. Aquello que repite constantemente es lo que le preocupa y/o alegra. Resume las alegrías y beneficios en un bloque que será el quinto y, haz lo mismo con los miedos y frustraciones, en el sexto bloque del mapa de empatía.
Repite el mapa de empatía tantas veces como te sea posible, realízalo de manera individual o en grupo, siempre presencial para observar las expresiones de tu cliente potencial y poder catalogarlas en alegrías o miedos.
Una vez finalizado el proceso de validación del mapa de empatía, como en toda sesión de mentoring para emprendedores, ahora es el momento de que analices en profundidad los miedos y alegrías y decidas cómo debe ser tu producto o servicio para satisfacer las necesidades recogidas. Si ya tenías un producto o servicio, mejóralo incorporando nuevas variedades, funcionalidades,…u otro aspecto relevante que hayas percibido durante el proceso del mapa de empatía.
Si quieres continuar tu proceso emprendedor o quieres innovar en tu proyecto, nos vemos en el siguiente post.
Créditos imagen principal: RF._.studio en Pexels
El Mentoring puede aplicarse en cualquier ámbito, ya sea profesional o personal, por tanto, también puede generar beneficios a las personas de nuestro entorno más cercano.
Cuando hablamos de Mentoring, nos referimos a un método por el que las personas pueden descubrir o desarrollar sus potenciales para convertirlos en talentos, por medio de la práctica, al ser más conscientes de sus habilidades y capacidades personales.
Por esta razón, todas aquellas personas que se encuentren en el entorno de otra que haya desarrollado las habilidades de mentor o mentora, podrán recibir ayuda de ésta para orientarse mejor en cuanto al logro de objetivos o a la hora de mejorar hábitos de conducta que no les sean totalmente efectivos en su vida.
Adquirir estas habilidades requiere de una formación en profundidad, si se quiere actuar como mentor o mentora a nivel profesional, pero también es cierto que existen algunas técnicas básicas que pueden ser aplicadas tanto en nuestro entorno laboral como en el ámbito personal y familiar. Saber hacer algunos tipos de preguntas, o aprender a mejorar nuestra comunicación con los demás, nos puede ayudar a transmitir los mensajes con mayor claridad o a generar mayor confianza con nuestros interlocutores.
Saber utilizar el Mentoring, como un método de desarrollo personal y profesional, requiere de un aprendizaje exhaustivo a diferentes niveles, pero algunas técnicas relativamente sencillas -por lo menos en un nivel inicial- pueden aportar grandes beneficios en nuestra forma de actuar y en los resultados que obtengamos; veamos algunos ejemplos:
Mediante el Mentoring podemos mejorar las relaciones entre los miembros de nuestro equipo, ya sea en el trabajo o, por ejemplo, en un equipo deportivo del que formemos parte.
Un mentor o mentora profesional actuaría a un nivel profundo en este sentido, con lo que se podrían conseguir mejoras de gran calado dentro del equipo, pero, con unos conocimientos básicos, es posible contribuir a la mejora de algunos aspectos, como la identificación de los diferentes roles presentes en el equipo, que nos ayudará a saber cómo comunicarnos mejor con esas personas.
En nuestro entorno familiar también pueden haber aspectos en los que el Mentoring nos sea de utilidad como, por ejemplo, a la hora de ayudar a nuestros hijos a orientar su futuro.
Una de las técnicas más importantes para un mentor o mentora es la de saber hacer las preguntas adecuadas, con las que conseguir que la persona mentorizada reflexione sobre el tema que le preocupa y pueda alcanzar, por sí misma, las soluciones que estén en consonancia con sus características y afinidades personales.
Esta técnica, que también se considera un “arte”, requiere de mucha práctica para alcanzar un nivel de resultados profesional, pero se puede comenzar a ejercitar recibiendo unas pautas básicas.
Tanto a nivel familiar, como social o profesional, el Mentoring potencia la escucha activa y el empoderamiento personal del otro, elementos que nos pueden ayudar a ganar perspectiva en situaciones de conflicto y, también, contribuir a fortalecer nuestras relaciones.
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Saber escuchar es tan importante, o más incluso, que saber preguntar. Sin escuchar de la forma adecuada será muy difícil acertar a la hora de hacer las mejores preguntas o decidir las acciones que debemos emprender ante una situación difícil, tanto propia como en la que se vean involucradas otras personas que nos pidan ayuda.
Al mismo tiempo, contribuir al empoderamiento personal de los demás puede favorecer que esas personas sientan una mayor confianza hacia nosotros, lo que siempre es un motivo de mejora en las relaciones interpersonales.
Estos son sólo algunos ejemplos de lo que se puede conseguir con una formación básica, pero los beneficios de realizar un proceso de Mentoring profesional abarcan muchos otros ámbitos:
Como se puede observar en la lista anterior, gran parte del trabajo a realizar con la persona mentorizada está basado en la mejora de su propio Autoconocimiento, por lo que el papel protagonista en estos procesos lo tiene ella misma, que debe comprometerse totalmente con dicho proceso para obtener los máximos resultados; el mentor o mentora es una simple herramienta para ayudarla a realizar los cambios que necesita alcanzar.
Imagen de Arek Socha en Pixabay
En artículos anteriores ya hemos hablado de qué se entiende por Mentoring y lo hemos intentado diferenciar de aquello que NO lo es, por lo que no voy a repetirlo aquí de nuevo sino que, desde Barcelona Mentoring, os queremos ofrecer la oportunidad de despejar las dudas en este sentido de una forma más práctica: participando en un webinar gratuito el próximo día 14 de diciembre de 2020.
Para poder participar, sólo hay que inscribirse por medio del siguiente enlace: https://www.eventbrite.es/e/entradas-webinar-gratuito-que-es-y-que-no-es-mentoring-130865523303
No considero que el Mentoring sea la panacea o la piedra filosofal para conseguir absolutamente todos los cambios y mejoras que necesitamos en nuestra vida (no creo que exista nada así), pero, desde mi propia experiencia personal, creo que se trata de una herramienta muy útil para favorecer esos cambios positivos en los demás… y en uno mismo.
¿Quieres saber un poco más sobre el Mentoring profesional?
¡Participa en nuestro webinar gratuito!
Imagen principal de Harish Sharma en Pixabay, libre de derechos.
¿Has pensado en hacer un cambiar pero no sabes cómo? ¿Te da vértigo moverte de dónde estás? ¿Te encuentras en transición de carreras y no sabes por dónde empezar? Propulsa tu carrera con la ayuda de un mentor que te acompañe en este proceso.
Tómate un tiempo para reflexionar antes de actuar, para escuchar la voz interior, plantearte las cosas, ver con qué cuentas y dibujar un plan que te ayude a moverte de dónde estás. Si te bloqueas en algún paso, puedes contar con la ayuda de un mentor que a través de preguntas te guiará a definir tus objetivos y empezar a propulsar tu carrera.
¡Enhorabuena! Tienes un lienzo en blanco entre manos y tú eres el protagonista. No te dejes llevar por la sensación de abismo y empieza a ser el protagonista y propulsa tu carrera. ¡Adelante!.
El Mentoring de carrera profesional puede ayudarte a propulsar tu carrera. ¿Cómo? Te puede ayudar a adueñarte de tu carrera profesional, a empoderarte y a retarte para salir de tu zona de confort trazando un plan de acción.
La formación es tu gran aliado para que te acompañe a lo largo de toda tu carrera profesional siendo un recurso necesario para poder afrontar nuevos retos profesionales. Nuestro entorno VUCA (acrónimo de Volatilidad (Volatility), Incertidumbre (Uncertainty), Complejidad (Complexity) y Ambigüedad (Ambiguity) mucho más acentuado en este tiempo por el COVID-19 nos plantea cambios constantes y por ello, debemos replantear nuestra carrera profesional. Stephan Gabmeier propone cambiar el término por BANI (acrónimo de Frágil (Brittle), Ansioso (Anxious), No lineal (Nonlinear) e Incomprensible (Incomprehensible)). Dejando a un lado los términos que definan la realidad que vivimos lo que sí es cierto es que está nos exige que tenemos que aprender y desaprender de forma continua a lo largo de nuestra carrera profesional.
Hay dos conceptos que quisiera nombrar en los que te invito a que reflexiones en paralelo. Uno es el Upskilling y el otro el Reskilling. Ambos conceptos se refieren a la necesidad de aprender para propulsar la carrera profesional.
Con el Upskilling afinarás las habilidades que ya tienes y además, puedes aprender habilidades cercanas a las que ya tienes. La formación te encaminará en estar al día de las tendencias de tu sector, adquirir los conocimientos que necesites para tu puesto de trabajo y las funciones que habitualmente desarrollas.
Y con el Reskilling preparas tu carrera para el futuro dando un salto, buscando nuevas profesiones y nuevas formas de trabajar.
¿Alguna de estas opciones de formación te atrae para empezar a propulsar tu carrera profesional? Si aún no sabes por dónde empezar te invito a seguir leyendo.
El autoconocimiento es una parte fundamental para poder iniciar ese camino hacia propulsar tu carrera profesional.
Explora qué conocimientos ya tienes, qué te falta y cuáles de ellos necesitas para esta transición profesional. Bucea dentro de ti y sé honesto contigo mismo. Ahonda en tus fortalezas y áreas de mejora y si ves que tienes dudas pregunta a otros a que te ayuden a obtener esa información. Ellos pueden darte una visión que quizás no hayas tenido en cuenta. Te animo a que lo hagas y descubrirás muchas cosas.
Sé auténtico y sé tu mismo. Este proceso necesita que seas valiente y honesto contigo mismo.
Un mentor a través de preguntas puede acompañarte en ese proceso de autoconocimiento tan necesario para poder propulsar tu carrera allá donde realmente quieras orientarte. Te ayudará a mirar a la cara a tus miedos y a cuestionarte las creencias que no te dejan avanzar.
Surfea con toda esta información y te ayudará a encontrar esa ola que tanto anhelas. La confianza en ti mismo y la actitud que tomes ante el cambio serán palancas que te darán impulso para dibujar tu plan de acción.
El mentoring te ayudará a definir tu propósito y a construir tu plan de desarrollo desgranando tu objetivo profesional en acciones concretas.
Ese camino te llevará a poner en práctica acciones a corto plazo transformándolas en tareas pero también a visualizar una estrategia a medio y largo plazo. Ese plan te servirá como ruta pero día a día y mes a mes ya que tu eres el dueño de tu carrera profesional e irás revisándolo y haciendo los ajustes que creas necesario.
Te deseo un buen camino y mucha suerte en tu carrera profesional.
Si quieres que te acompañemos, no dudes en contactar con nosotros.
En los últimos tiempos, se habla mucho de propósito. Se dice que si encuentras tu propósito de vida y conectas con tu profesión con él, tu trabajo fluye de tal forma que no sientes que estás trabajando. Experimentas un estado de bienestar y de plenitud.
Pero, ¿cómo puedes conocer tu propósito para acercarte a él?
El término ‘propósito’ implica finalidad. Un ‘para qué’. El propósito de vida es el ‘para qué’, la finalidad última que tiene nuestra vida.
El propósito es transcendente y transpersonal. Va más allá de objetivos individuales, materiales o egóicos. Conlleva en sí mismo un componente de contribución, de servicio a los demás, a la sociedad, al mundo.
Conceptualmente, está muy cerca del sentido. El sentido tiene que ver con el significado. Así, pues, encontrar el propósito o finalidad a nuestra vida la dota de sentido o significado.
Este hecho conlleva en sí mismo una satisfacción, una sensación de plenitud, de estar alineado/as con la vida, un estar viviendo en ‘flow’. Pero, no sólo eso, es además un motor que nos empodera, y nos hace crecer.
Por eso es tan importante que conozcas tu propósito. Y que te conectes a él. Tu vida alineada con tu propósito dota de sentido a lo que haces, con quien te relacionas, lo que piensas y lo que sientes.
A pesar de que el propósito posee una cualidad de cierta permanencia en el tiempo, no tiene porqué ser el mismo durante toda la vida.
Las personas nos desarrollamos, vivimos diferentes etapas evolutivas. Nuestros intereses, cómo nos percibimos, cómo percibimos a los demás y a nuestro entorno son realidades cambiantes.
Cuando sentimos dificultad para conectar con nuestro propósito es una manifestación de nuestro ‘ruido’ interno. Es, de algún modo, un aviso.
A través del autoconocimiento y del desarrollo de las diferentes inteligencias: la emocional, la corporal, la social y la espiritual, vamos desgranando lo esencial y separando la paja.
Robert Dilts, uno de los maestros de la PNL, dibujó una pirámide para expresar lo que él llamaba los diferentes niveles neurológicos del cambio en la persona.
Dilts situó el propósito en lo más alto de la pirámide. La pirámide establece seis elementos de la vida en donde en cada nivel se nos hace una pregunta. Para Dilts, un obstáculo en cualquiera de los niveles nos hace vivir vidas tristes y vacías.
Si comenzamos por la base, observamos el siguiente orden de niveles. Tengamos en cuenta que la afectación en un nivel determinado influye y condiciona en todos los anteriores, es decir, en los de rango menor por así expresarlo.
Éste es el nivel más básico. Aquí puedes responder a las preguntas: ¿Qué tienes? ¿Dónde y cuándo haces lo que haces? Reconocer lo que tienes te permite ser realista. También te permite darte cuenta de tus limitaciones. ¿Qué quieres conservar y que quieres cambiar? Tanto en lo material como en lo espiritual. Hacer una lista te ayuda a concretar. Sólo cuando lo tengas claro, podrás pasar al siguiente nivel.
Lo que tienes y la situación actual en la que te encuentras es consecuencia de lo que haces y lo que has hecho hasta ahora. Reconocer el vínculo causa-efecto de nuestras acciones te permite llevar a cabo los cambios. Si cambias tus acciones, tu comportamiento, tu entorno cambia. ¿Qué haces en tu día a día? ¿Qué deseas obtener y qué debes hacer para lograrlo?
Lo que puedes hacer es la esencia de este nivel. ¿De qué eres capaz? ¿Por qué haces lo que haces y no haces algo distinto? Conocer las razones y los mecanismos que te llevan a decidir te permite tomar decisiones conscientes e inteligentes. Te llevan a decidir por convicción, en lugar de dejar que los demás o el contexto decidan por ti, por ejemplo. La convicción de estar en el camino correcto y haberlo decidido libremente te procura bienestar. Saberte capaz y tomar las decisiones alineadas con tus convicciones es lo que provee sentido, motivación y felicidad.
Los valores y las creencias son nuestras guías de actuación. También son filtros a través de los cuales interpretamos la realidad. Por eso en este apartado también se incluyen los metaprogramas. Tener claro cuáles son da consistencia y coherencia a nuestras vidas, a lo que decidimos y hacemos. Éste ya es un nivel más profundo. ¿Cuáles son tus valores esenciales? ¿Cómo percibes tu realidad?
Si tus valores te llevan a decidir lo que haces y lo que tienes, ¿por qué no te sientes bien? Tal vez hay algún desajuste, puede que no te conozcas lo suficiente y ello te lleve a desear lo que tienen otras personas, a hacer lo que otros quieren que hagas. Tal vez no estás conectado/o contigo mismo/a. ¿Sabes quién eres de verdad?
La identidad conecta con el autoconcepto, con el sentimiento de ser únicos, diferentes de los demás. Y con la idea de integridad y coherencia. Buscamos coherencia en lo que hacemos, como lo hacemos y por qué lo hacemos. En nuestra identidad se integra también un sentido de misión, de lo que hemos venido a realizar en este mundo.
¿Cuál es el sentido de tu vida? Si sabes para qué vives, será más fácil levantarte cada mañana, tomar decisiones, hacer lo que debes, valorar lo que tienes.
Si sabes lo que buscas en la vida, sabes lo que crees, sabes lo qué haces, por qué lo haces, decides cómo hacerlo y valoras lo que tienes, disfrutarás de bienestar. Te será más fácil caminar hacia tu meta, y tener claro tu propósito.
El propósito suele estar relacionado con la transcendencia. Es un nivel espiritual y transpersonal que va más allá del individuo o de la persona. Conecta con el sentimiento de pertenencia a algo más grande que nosotros, puede ser la familia, la sociedad, el mundo. Las preguntas se enfocan más en el “para qué” y “para quien”, en algo que va más allá de nuestra individualidad.
El propósito está conectado con un tipo de inteligencia, la inteligencia espiritual. Victor Frankl en su libro ‘El hombre en busca de sentido’ da buen ejemplo sobre cómo ejercitar este tipo de inteligencia.
Según la Wikipedia, “la inteligencia espiritual es exclusivamente humana y está basada en la sabiduría, nuestra capacidad de visión holista de la realidad profunda, de comprensión de contextos y totalidades significativas. Es la capacidad de trascendencia, de ir más allá de lo biofísico y social, más allá del cuerpo y las emociones. Opera con el ojo de la contemplación, es una inteligencia transpersonal porque se sitúa más allá del ego narcisista. Opera con visión universal. Es transracional, no se limita a la racionalidad instrumental mecánica de la ciencia. Es la única que puede darle sentido espiritual a la vida, es decir, generar sentido trascendente para vivir, alimentar la integridad de nuestra conciencia. También es la capacidad de relacionarnos armónicamente con la totalidad, de estar relacionados con el todo, es la capacidad de ser felices a pesar de las circunstancias.”
Algunas actitudes que te pueden ayudar a conectar con tu propósito y tu inteligencia espiritual son:
#1. Hacerte preguntas ante los sucesos de la vida, acerca de su sentido, del ‘para qué’ ocurre lo que ocurre en el momento en qué ocurre.
#2. Tomar perspectiva, es decir cambiar el punto de vista. Poner en marcha lo que algunas personas llaman ‘el observador’, es decir, mirar desde fuera para ampliar la mirada acerca de lo que te está sucediendo. Adoptar una mirada holística y sistémica.
#3. Mantener viva la curiosidad y una mentalidad de aprendiz. Ver de nuevo la realidad a través de una mirada “inocente”, curiosa, como si fuera la primera vez… Preguntarte si hay una forma distinta de hacer algo que se ha hecho siempre de la misma manera.
#4. Procurar equilibrio y armonía en tu vida, tanto en tu entorno físico, como en tus relaciones. Ello debe ayudarte a crecer, te debe enriquecer como persona. Lo que no suma en ese sentido, resta.
#5. Agradecer a la vida su generosidad, aprovechar cada momento como un momento único que es, y mirar con ánimo de aportar al mundo tu talento.
#6. Poner atención y estar presente en el ‘ahora’. Ser consciente de tu estado, tus pensamientos, tus actos, y decidir si están en línea con tus deseos.
El acompañamiento de un mentor o mentora puede ayudarte a encontrar tu propósito.
La adecuada formulación de preguntas en un proceso de mentoring te lleva a respuestas a las que, de otro modo, es muy difícil acceder. Es un camino de aprendizaje y transformación que induce a la reflexión, pero también a la acción.
Por ese motivo, un mentor o mentora profesional es una buena elección en procesos de cambio. Tal vez te planteas una reinvención profesional, el desarrollo de la marca personal, un reajuste en tu plan de carrera, conectar con tu auténtica vocación… cualquiera de estos objetivos serán exitosos si se alinean con tu propósito.
Quiero invitarte a realizar un curioso y, a la vez, bonito ejercicio para acercarte a tu propósito. Verás que es sencillo, pero eficaz.
Clica sobre este enlace para poder acceder a él. ¡Espero que te resulte muy útil!
Si no le encontramos un verdadero sentido a lo que hacemos, en nuestra vida personal o profesional, el Mentoring puede ayudarnos a conseguirlo.
¿Cuántas veces nos hemos decepcionado al ver que aquellos objetivos que habíamos luchado por conseguir, no tenían el resultado que esperábamos?
Estudiamos una carrera, porque nos han dicho que nos proporcionará un futuro cómodo y seguro, pero los empleos que conseguimos no nos generan satisfacción y, finalmente, trabajamos en otras cosas.
O nos proponemos ascender en una empresa pero, cuando lo logramos, nos sentimos infelices en el nuevo puesto.
O cambiamos nuestra forma de vida, en función de un ideal, para darnos cuenta de que no encontramos la satisfacción personal que buscábamos.
Estos son sólo unos pocos ejemplos de lo que nos suele ocurrir cuando las metas u objetivos que nos marcamos no se corresponden con las necesidades de nuestra esencia más profunda.
Cuando las mentoras y mentores llevamos a cabo procesos de Mentoring, una importante parte de nuestro trabajo es ayudar a las personas a que respondan a una pregunta, con la mayor sinceridad, en relación a los objetivos que se han marcado y que no están pudiendo alcanzar.
La pregunta es
¿Para qué lo quieres?
¿Para qué quieres conseguir eso que deseas?
Esta pregunta, aparentemente tan sencilla, suele causar dificultades a la hora de responderla de forma sincera. Si es así, posiblemente será porque nos pase una de estas dos cosas:
#1. darnos cuenta de que no tenemos realmente claro cuál es el verdadero motivo por el que queremos alcanzar ese objetivo.
#2. Que descubramos una motivación oculta que, a la hora de verbalizarla, no nos parezca adecuada o que no justifique plenamente el objetivo de nuestra elección.
Cuando pasa esto podemos alegrarnos, porque este es el paso necesario para reconducir nuestra ruta e ir en la dirección correcta.
Las personas necesitamos encontrar el verdadero sentido a todo aquello que hacemos, ya que nuestra motivación y energías se generan cuando estamos totalmente conectados con nuestro interior, con nuestra esencia.
Si esto no ocurre, lo habitual es que no podamos ver de forma clara el camino que debemos seguir o que no encontremos las soluciones adecuadas para alcanzar las metas que nos hemos planteado, pudiendo llegar a desanimarnos y frustrarnos por ello.
Un ejemplo práctico: en la época en que fui emprendedor industrial, del sector de las motocicletas, me encontré muchas veces con clientes insatisfechos con las motos deportivas de gran cilindrada que se habían comprado. Habían hecho un gran esfuerzo económico para conseguirlas pero no obtenían con ellas la satisfacción que esperaban y justificaban sus quejas diciendo que esas motos eran muy delicadas, que siempre estaban en el taller, que eran incómodas de conducir, etc.
El resultado es que se hartaban de la moto y acababan vendiéndosela antes de lo que sería normal.
Esto ocurría porque muchas de estas personas adquirían esas motocicletas, simplemente, porque un familiar, un amigo o un compañero de trabajo se habían comprado una igual, es decir, por pura envidia, no porque realmente fueran unos grandes aficionados a ese tipo de motos. En estos casos, la motivación era errónea y no podían responder de una forma satisfactoria a la pregunta “¿para qué te has comprado esta moto?”.
En cambio, cuando las personas me preguntaban qué tipo de moto les aconsejaría que se comprasen, yo siempre les preguntaba lo mismo: “¿para qué la quieres?”. En función de su respuesta, les aconsejaba un modelo u otro y, en los casos en que pude tener un seguimiento del asunto, la compra que hicieron fue altamente satisfactoria ya que su motivación al hacerla estaba alineada con sus verdaderas necesidades, posibilidades y gustos personales.
O lo que es lo mismo: la compra tenía un sentido claro y coherente.
Si seguimos utilizando el ejemplo anterior, como un símil “mundano”, lo que ocurriría en un proceso de Mentoring es que el mentor o mentora NO le indicaría a la persona mentorizada cuál es la moto que debería comprarse.
El profesional la guiaría para que esa persona descubriera y definiera muy bien cuáles son las verdaderas necesidades que desea cubrir con ese vehículo, así como sus posibilidades reales, tanto para la compra como para el mantenimiento del mismo. Toda esta información sería la que debería transmitir al vendedor al que se dirigiera, para que este la asesorara correctamente en cuanto al modelo concreto que le pudiera convenir más.
Es evidente que nadie va a contratar a un mentor o mentora para que le asesore sobre la compra de un vehículo, pero la mecánica a seguir –a grandes rasgos- es la misma que en un caso más complejo.
Para comprender la importancia de conocer cuál es el sentido de nuestras acciones, es fundamental el gran trabajo que hizo el psiquiatra austríaco Viktor Frankl, creador de la logoterapia.
Mientras estuvo preso en los campos de exterminio nazis, durante la Segunda Guerra Mundial, Frankl comprobó que el factor fundamental para tener una mayor resistencia y poder sobrevivir no era el estado físico de los prisioneros, sino que estos tuvieran alguna motivación que les diera sentido a sus vidas y les ayudara a luchar un día más por no dejarse vencer, ante la desesperación del horror que estaban sufriendo.
Así fue como observó que las personas que resistían mejor eran los que, por ejemplo, conservaban la ilusión por reencontrarse con sus familias, o los que se sentían fuertemente comprometidos con algún tipo de obra, ideal o trabajo que tuvieran pendientes.
¡Estas personas se sentían “obligadas” a vivir!
Las personas que no le encontraban un sentido al hecho de seguir viviendo, al carecer de motivaciones realmente poderosas, por muy fuertes físicamente que parecieran acababan “arrojando la toalla” y dejándose morir o haciendo que las mataran, acabando así con su sufrimiento.
Viktor Frankl perdió a la mayor parte de su familia en el Holocausto, pero encontró sentido a su vida en el hecho de ayudar a los demás a superar sus traumas mediante la nueva corriente terapéutica que creó, una vez fue liberado al finalizar el conflicto bélico.
La principal diferencia reside en que el Mentoring es un método de aprendizaje para clarificar las necesidades, los deseos y las posibilidades reales de la persona, profundizando en su autoconocimiento y dotando a sus decisiones y posteriores acciones de un sentido coherente con ella misma. Además, la persona mentorizada podrá replicar este proceso de forma autónoma en otras situaciones futuras en las que lo necesite.
Por tanto, si un/a mentee expresa el deseo de convertirse en Jefe/a de ventas de su empresa, la base del proceso de Mentoring se enfocará en que la persona defina cuáles son los motivos –reales- por los que quiere conseguir ese objetivo, teniendo en cuenta todas sus circunstancias y características.
Con esta información, será la propia persona la que podrá decidir si es ese, y no otro, el objetivo que se tiene que plantear para cubrir sus necesidades y que se encuentren alineadas con su Yo interior.
¿Qué sentido tiene comprarnos una moto de 100 caballos,
si sólo pensamos utilizarla para circular por dentro de la ciudad?
¿Tienes dificultades para definir eficazmente tus objetivos? Podemos ayudarte a resolverlo.
Imagen principal de Gerd Altmann, en Pixabay.
Para referirme a las herramientas que facilitan la delegación, empezaré definiendo la acción de Delegar, que es asignar autoridad a otra persona para llevar a cabo una actividad específica, transformándose en una habilidad esencial i fundamental para el crecimiento de los individuos, ya sea a nivel personal, dónde el ejemplo más claro es el primer día que dejas a tu hij@ ir sólo a comprar el pan, o a nivel de empresa, cuando tu rol es el de responsable de la gestión de una compañía, o a nivel de agrupación o sociedad, cuando debes delegar la gestión a otros componentes del grupo.
En todos los niveles de nuestra vida nos vemos obligados a delegar, por este motivo es fundamental que tengamos herramientas que facilitan la delegación y que nos ayuden a identificar cómo ejecutar la acción, a identificar cada uno de los componentes, y conseguir el éxito en la práctica.
Sin olvidar que la persona que delegó el trabajo sigue siendo responsables del resultado del trabajo delegado, por lo que se hace necesario mantener en la delegación una parte del control.
En este sentido os propongo herramientas que facilitan la delegación, fáciles de incorporar en las acciones habituales, que con el uso diario se pueden llegar a transformar en un patrón de actuación que nos dote de mayor eficacia, y estas herramientas forman parte de los procesos de Mentoring.
Partimos de la típica frase que todos hemos usado alguna vez cuando alguien nos indica que debemos delegar, una tarea, una acción o cualquier otro trabajo. Casi automáticamente nos inclinamos en responder:” yo ya lo hago, es el otro que no lo quiere asumir, y esto me obliga a retomarlo, ¿Qué quieres que haga?”.
Te propongo que analices mi circuito de la delegación, que se basa en 4 fases, y dónde desarrollo las herramientas que favorecen la delegación para que puedas llegar a crear un esquema personal de delegación
“Una de las mejores maneras de persuadir a los demás es escuchándolos”
Dean Rusk
# La escucha es un paso clave esencial para conocer, evaluar y valorar la persona que tienes delante, sus miedos, sus capacidades y los motivos que le impulsan a aceptar la delegación.
Este ejercicio lo debemos afrontar mediante la escucha activa ya para que debemos profundizar para poder obtener los resultados. La habilidad de escuchar no es sólo lo que la persona está expresando directamente, sino también los sentimientos, ideas o pensamientos que subyacen a lo que se está diciendo nos dibujará a la persona, y llegaremos al primer resultado que precisará de decisiones a tomar antes de delegar:
Se empieza pensando en el resultado
Stephen R. Covey
En el mentoring Las preguntas son palanca para el cambio. Ayudan a enfocar la conversación, a poner la atención y el foco en el mentee. Espacios dónde hay que parar, frenar el ruido interior, dejar las prisas, las obligaciones del día a día y dedicar tiempo a pensar y reflexionar en uno mismo. Esta reflexión consigue generar una actitud distinta en el mentee, abrir nuevos escenarios para afrontar y mirar su realidad, cambiar el estado en el que se encuentra y generar alternativas para crecer. Cómo nos indica Patricia Villanova en su post del 28 de septiembre, cómo una buena herramienta para desarrollar capacidades, indispensable para acompañar a una persona y ofrecerle herramientas que facilitan la delegación.
Sólo se mejora lo que se puede medir
Peter F. Drucker
# Delimita en que consiste la delegación, identifica y estructura lo que debe asumir. Es necesario poner en común las expectativas que tenemos el uno del otro. Cuanto más definidas esté la delegación, mejor podremos fijar objetivos y el proceso de acompañamiento será una causa sin dejar espacio a la ambigüedad.
Es conveniente ir poniendo pequeñas metas que nos lleven al objetivo final, utilizandolas como herramientas que nos facilitan la delegación. Muchas veces el que delega y el delegado pueden tener criterios de medidas diferentes a los pactados y que, de forma inconsciente no son comentados. Esto puede derivar en un sentimiento de frustración, por no haber obtenido lo que se esperaba. Es por ello por lo que debe haber un espacio de #acompañamiento donde puedan surgir las expectativas no declaradas, posible origen del fracaso de la delegación, y es en este marco dónde se ha de crear el diálogo para poner de manifiesto la posibles desviación, motivos y acciones a realizar para retomar de nuevo el camino del éxito de la delegación.
Un objetivo sin un plan es solo un deseo
-Antoine de Saint-Exupéry
Todo objetivo precisa un plan que indique las acciones a tomar y el momento en el que debemos ejecutarlas, según la estructura planteada para llegar a nuestro objetivo. Han de ser revisadas y actualizadas constantemente. El plan es cómo un ser vivo, crece y se modifica a medida que se ejecuta.
Debemos #empatizar para poder llevar a cabo el proceso de acompañamiento, cómo se siente la persona en quien delegamos, que puntos le ha costado más superar, que limitaciones se ha encontrado, que miedos le han surgido, de modo que seamos capaces de darle las herramientas que le puedan hacer crecer cómo persona y en su capacidad de asumir la delegación.
No podemos olvidar la implicación del delegado ya que condiciona en un alto grado el éxito de la delegación.
Las bajas implicaciones pueden llegar a crear barreras y/o dificultades, que para que puedan ser superadas la persona que delega se vea obligada a realizar controles más exhaustivos y frecuentes en el tiempo, crear mecanismos y/o procedimientos para responder ante ellas.
Llegados a este punto nos colocamos de nuevo en la casilla inicial, la escucha, la valoración de nuevo de la persona, que ya no es la misma, ha crecido, ha cambiado y que podemos retomar y seguir ayudando en el crecimiento. No repetimos el proceso, ha habido cambios que nos colocan de nuevo en el inicio, volvemos a preguntarnos si la persona que tenemos delante es capaz de asumir la delegación, delimitar…. y podremos volver a utilizar las herramientas que facilitan la delegación.
¿Quieres saber cómo un proceso de Mentoring te puede ayudar en los procesos de delegación? Aplicando la escucha activa, a través las preguntas poderosas, dándote herramientas para que las utilices.
Créditos Imagen principal: Gerd Altmann